Te levantas muy temprano para ir a la escuela o a la universidad, te das el lujo de durar en ducharte, acomodarte, lavarte los dientes y darte un buen desayuno, cuando observas tu reloj es casi la hora de entrar a clases.
No comes, sino tragas, no le das un beso a tus padres de buenos días sino un golpe en la mejilla, te vas corriendo y se te olvidan tus útiles y tu merienda... corres y corres hasta llegar a la esquina para coger el autobús o el taxi que ya te dejó hace rato, te obstinas y te sigues apresurando.
Llegas a clases cansado y sudado por tanto correr, y para colmo la profesora no te deja entrar a clases por llegar tarde, le pides disculpa y le suplicas que te deje entrar, entras y tus compañeros se ríen de ti por llorarle a la profesora. Te sientas en tu pupitre muy cansado y te detienes a pensar un poco y dices en tu mente "No volveré a correr a para llegar a clases".
Para que esto no ocurra, debes levantarte un poco mas temprano para darte estos lujos, si sales apresurado es muy difícil que tu día sea de agrado, porque alguna cosa te va a suceder así sea la mas mínima y eso te va ocasionar desagrados en tu día rutinario.
"Estas son experiencias que ocurren en la vida diaria"